Quince meses después de
la muerte de su padre Kim Jong-il, Jong-un pasó a las portadas
agitando la amenaza de una guerra nuclear con Corea del Sur y Estados
Unidos.
“Se les rompe la espalda a los
enemigos dementes, se les deguella, y así se les enseña lo que es
una guerra de verdad”, llegó a decir un día.Aunque se nota que se siente más cómodo en público que su padre, no por ello deja de ser enigmático. Su año de nacimiento es un misterio.
La prensa surcoreana le echa entre 28 y 30 años. Su mujer es joven y atractiva pero se desconoce si tienen hijos.
Es fan de los parques de atracciones y de los personajes de Disney, algo sorprendente para un comandante de las quintas fuerzas armadas del mundo y jefe de un Estado con bomba atómica.
“Sin experiencia” es el calificativo que le dan la prensa y los analistas.
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